Catarro y gripe: cómo prevenirlos y tratarlos durante el invierno

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Catarro y gripe: cómo prevenirlos y tratarlos durante el invierno

Con la llegada del frío y los meses de invierno, aumentan los casos de catarro y la gripe, debido a 3 factores:

  • El frío reduce la capacidad defensiva de las mucosas de las vías aéreas superiores, haciéndolas más vulnerables.

  • Debido a las condiciones de temperatura y humedad durante estos meses, los virus causantes de estas patologías aumentan su supervivencia.

  • El frío nos lleva a permanecer más tiempo en sitios cerrados, lo que, favorece su contagio.

Ambos, resfriado y gripe, tienen una gran facilidad para contagiar, ya que al hablar, toser o estornudar, expulsamos partículas que pueden entrar en contacto con el nuevo huésped.

Siempre podemos tomar algunas medidas preventivas, para evitar posibles contagios, que veremos posteriormente en este artículo, pero primero comenzaremos por diferenciar el resfriado de la gripe y qué podemos hacer para aliviarnos si es que ya nos hemos contagiado.

¿RESFRIADO O GRIPE?

Cuando empezamos a notar malestar, dolor de cabeza o de garganta, tos, … Trataremos de identificar si se trata de un simple catarro o si, por el contrario, es una gripe, ya que aunque ambas patologías pueden tener síntomas similares, la gripe puede presentar complicaciones como bronquitis o neumonía que en determinados grupos de riesgo (como asmáticos, ancianos, …) pueden tener un pronóstico más grave.

Resfriado

El resfriado o catarro común es una infección aguda del tracto respiratorio superior que a menudo provoca inflamación de nariz, laringe, tráquea y bronquios. Aunque, no produce fiebre alta. Está producido por un virus.

Suele tener una duración de entre 3 y 10 días y con síntomas menos intensos que en la gripe, como dolor de cabeza, congestión nasal, estornudos, tos y cierto malestar.

Gripe

La gripe es también una enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias, en este caso, está causada por el virus de la influenza y afecta principalmente a las vías respiratorias superiores.

La gripe se diferencia del catarro en:

  • De duración más larga, con una media de 7 días.

  • Los síntomas son más intensos.

  • Aparición brusca de fiebre alta, entre 38 °C y 40 °C.

  • Dolor muscular, sobre todo en piernas y espalda.

  • Dolor de cabeza.

  • Cansancio intenso, debilidad y malestar general.

¿CÓMO PREVENIR O EVITAR UN RESFRIADO O GRIPE?

Lo más eficaz para prevenir resfriados y gripes es tener el sistema inmunológico fuerte. Lo que conseguiremos si seguimos estos consejos:

  • Protégete del frío, abrígate bien y evita los cambios bruscos de temperatura.

  • Lleva una dieta sana y equilibrada, con un correcto aporte de vitaminas y minerales.

  • No olvides incluir vitamina C en tu alimentación, ya que ayuda a mantener las defensas alerta.

  • Realiza ejercicio físico de manera regular.

  • Duerme un mínimo de siete horas diarias para que nuestro cuerpo se recupere correctamente.

  • Reduce el estrés.

  • En los grupos considerados de riesgo, o propensos a sufrir complicaciones en caso de gripe, se recomienda vacunarse anualmente. Esto se aplica a personas mayores de 65 años, embarazadas, enfermos crónicos.

  • Ventila con frecuencia las habitaciones y los espacios cerrados, ya que los virus se transmiten por el aire.

  • No olvides la importancia de las medidas de higiene:

    • Lávate a menudo las manos con agua y jabón, y sobre todo después de toser, estornudar o sonarte.
    • Al toser o estornudar, cúbrete bien la boca y la nariz con el codo o con un pañuelo para retener las secreciones.
    • No compartas alimentos, vasos, cubiertos, pañuelos, toallas u otros objetos con personas enfermas.

Aparte de estos consejos, también puedes ayudar a tu sistema inmunológico con un complemento alimenticio a base de equinácea y otras sustancias que refuerza las defensas orgánicas fisiológicas. También puede usarse para una mejor recuperación o refuerzo frente a un resfriado, o como apoyo en deportistas.

CONSEJOS PARA ALIVIAR LOS SÍNTOMAS:

  • Es recomendable aumentar la ingesta de líquidos, para mantener una buena hidratación.

  • Evita fumar y exponerte a ambientes con humo, ya que pueden irritarte más las vías respiratorias.

  • Humedece el ambiente seco de las habitaciones, causadas por las calefacciones, colocando recipientes con agua o humidificadores eléctricos.

  • Realízate lavados nasales con agua salada o suero salino, van bien para aliviar la congestión nasal.

¿QUÉ TRATAMIENTOS EXISTEN?

Para reducir los síntomas, podemos recurrir a tratamientos que nos alivien mientras nuestro organismo combate los virus.

  • Podemos recurrir a antigripales, que son preparados para reducir o aliviar los síntomas más comunes, tales como malestar, congestión o goteo nasal y la tos.

  • Para aliviar la congestión nasal:

    • Se recomienda realizar lavados nasales con suero fisiológico, que ayuden a arrastrar las secreciones y a humidificar las mucosas.

    • También podemos usar sprays para ayudarnos a despejar la nariz en hidratar la mucosa para un alivio inmediato.

  • La tos es de los síntomas más molestos con los que nos encontramos cuando nos resfriamos.
    Lo primero que debemos identificar el tipo de tos para elegir el mejor tratamiento para aliviarla. Hay 2 tipos de tos:

    • La tos seca o improductiva. Se produce cuando las vías respiratorias se irritan, produciendo una tos irritativa sin flemas. Su tratamiento debe tener como fin calmarla.

    • Tos blanda o productiva. En este caso, lo importante es expulsar las flemas para liberar las vías respiratorias y así eliminar la tos. Es importante beber abundantes líquidos para facilitar su expulsión.

  • La irritación de garganta se puede tratar con pastillas para chupar, forman una capa protectora que calma la irritación de la garganta e hidrata.

  • Por último, queremos recordaros que los antibióticos no están recomendados en estos casos, no son efectivos para tratarlos, ya que, estas enfermedades están provocadas por virus, y no por bacterias. Además, si los utilizamos sin prescripción ni supervisión médica, y, por lo tanto, de manera incorrecta puede hacer que las bacterias se hagan resistentes a ellos, lo que puede hacer que cuando realmente los necesitemos podrían no tener ningún efecto.